La comunicación no empieza cuando hablas, empieza cuando conectas
Hace un tiempo, durante una mentoría con una líder de Recursos Humanos, me dijo algo que me marcó:
“Me esfuerzo por comunicar bien, pero siento que mi equipo no me escucha.”
Y ahí está la clave: comunicar no es transmitir información, es generar conexión.
Podemos tener el mensaje perfecto, el PowerPoint impecable, la voz firme… pero si no llegamos emocionalmente al otro, no hay comunicación, solo ruido.
💡 La neurociencia detrás de la empatía
Nuestro cerebro está cableado para la conexión.
Cuando nos comunicamos desde la empatía, activamos las llamadas neuronas espejo, responsables de que podamos sentir lo que el otro siente.
Eso explica por qué un líder que muestra comprensión y vulnerabilidad inspira más confianza que uno que solo impone autoridad.
La empatía no significa debilidad; significa inteligencia emocional en acción.
En contextos corporativos donde las metas y los plazos dominan, recordar esto marca la diferencia entre dirigir y liderar.
🧠 Escuchar es una práctica cerebral
En mis capacitaciones suelo decir: “Escuchar no es esperar tu turno para hablar.”
Escuchar es activar redes cerebrales asociadas a la atención, la memoria y la autorregulación emocional.
Cuando un líder interrumpe, juzga o responde automáticamente, esas redes se apagan y la conversación se convierte en un duelo de egos.
Practicar la escucha empática implica:
• Observar el lenguaje corporal del otro.
• Reformular para confirmar que comprendiste.
• Hacer pausas antes de responder.
Parece simple, pero exige entrenamiento mental y emocional.
🔄 Comunicación circular: del yo al nosotros
Durante años, las organizaciones se comunicaron en modo “yo te digo”.
Hoy, los equipos más efectivos operan en modo “nos escuchamos”.
La diferencia no está en la tecnología ni en la jerarquía, sino en la calidad del vínculo humano.
Una comunicación empática reduce conflictos, mejora la productividad y, sobre todo, fideliza el talento.
Las personas no abandonan empresas: abandonan conversaciones que no las incluyen.
Cuando comunicas desde la empatía, no solo logras que te escuchen: logras que te sigan.
El liderazgo efectivo nace de un cerebro que comprende que el otro no es una variable, sino parte del sistema.
Soy Susana Pontiggia, neurocientífica y mentora de líderes.
Acompaño a personas y organizaciones a transformar la comunicación en una herramienta de crecimiento mutuo.
